La frutilla es una planta que pertenece a la familia de las Rosáceas, como el almendro, el membrillo, la frambuesa, la pera y tantas y tantas más. Su género es Fragariae.
Puede durar varios años aunque en producciones comerciales solo se reduce a uno o dos años.
El origen de las actuales variedades comerciales de frutilla (predominantemente fragaria x ananassa) está dado por el cruzamiento de nuestra frutilla silvestre (Fragaria chiloensis) y fundamentalmente frutillas silvestres europeas, obteniendo así híbridos con mayores rendimientos, mejor tamaño, firmeza, color o forma, a veces mayor sabor y aroma o una mejor calidad y conservación post-cosecha. Estas características varían según los gustos de los consumidores y determinan la elección de variedades en el mercado.
La frutilla es una planta rastrera, su tallo es un pequeño rizoma que crece al ras del suelo y de allí se originan estolones en cuyos extremos se forman plántulas idénticas a la planta madre. Le gusta el suelo rico en materia orgánica y bien suelto. Hay que regarla bastante.
El fruto propiamente dicho es un aquenio (fruto agregado), y corresponde a las “pepitas o puntitos” que van insertos sobre un receptáculo carnoso y ensanchado, que constituye la parte comestible.
Su maduración en climas templados se da en aproximadamente 30 días desde su floración.
Nosotros tenemos este año tres variedades: Monterrey, Rociera y San Andrea y estamos armando macetas de barro especiales para cultivarlas.