¿Qué es el compostaje?
Es un proceso biológico llevado a cabo por microorganismos de tipo aeróbico (en presencia de oxígeno), bajo condiciones de humedad, temperatura y aireación controladas, que permiten la transformación de residuos orgánicos degradables en un producto estable.
¿Qué es el compost?
El compost o abono orgánico es el producto que se obtiene al finalizar el proceso de compostaje. Está constituido por materia orgánica estabilizada, con presencia de partículas más finas y oscuras. Se parece mucho a la tierra negra. Es un producto innocuo y libre de sustancias fitotóxicas (que puedan causar daño a las plantas).
¿Cuáles son los beneficios de compostar?
Se obtiene una enmienda útil para jardines, huertas y balcones que mejora la vida del suelo y nutre muestras plantas. Además, reducimos a la mitad nuestra bolsa diaria de residuos. De ese modo, menos residuos deben ser transportados y tratados.
¿Como lo hacemos?
Compostar es sencillo una vez que incorporamos el hábito de separar los residuos, llevarlos a la compostera y darle a ésta los cuidados que precisa. Para facilitar la separación, conviene tener un pequeño recipiente con tapa en la cocina, a mano, para ir volcando allí los residuos orgánicos vegetales a medida que los vayamos produciendo. Puede ser un tachito comprado, un envase plástico o de vidrio, un pote de helado vacío, o lo que se nos ocurra.
¿Qué residuos orgánicos se pueden compostar?
Si bien todos los residuos que provengan de seres vivos tarde o temprano se descomponen, para manejar bien la compostera a nivel doméstico debemos saber que hay residuos que atraen roedores, moscas, etc. y por esto no los colocamos en nuestra compostera.
¿Cómo lo hacemos?
Hemos mencionado que el compostaje es una transformación biológica, es decir, se lleva a cabo gracias a la acción de una gran comunidad de microorganismos (principalmente, hongos y bacterias) y otros seres vivos. Para comprender cómo podemos acompañar el proceso, puede ser de utilidad pensar a ese conjunto de microorganismos como si fuera un miembro más de la familia al cual hay que procurarle:
1) Un espacio donde vivir: la compostera.
2) Cuidados: Alimento balanceado, Aire y Agua.
El vertido de los residuos orgánicos deberá realizarse teniendo en cuenta su clasificación. Los residuos se pueden clasificar por su contenido de nitrógeno (verdes) y carbono (marrones) que son los predominantes en la materia orgánica. Para garantizar calidad, además de existir un equilibrio entre la cantidad de carbono y nitrógeno, se debe considerar que los materiales ayuden a mantener la humedad y aireación adecuada.
-Colocamos la compostera en un lugar con sombra y que nos quede relativamente cómodo.
-A diario iremos tirando por la parte de arriba de la compostera, los restos que vamos generando en nuestra casa tanto húmedos como secos. Lo ideal es intercalar una parte de residuos verdes o húmedos por 2 partes de secos, ya que los restos domésticos suelen ser muy húmedos en general.
-A medida que vamos llenando nuestra compostera debemos ir controlando la humedad. Si está muy mojada, agregamos secos (hojas, papeles, ramitas, pasto seco) y si está muy seca podeos regarla un poco. El vertido de los residuos orgánicos deberá realizarse teniendo en cuenta su clasificación. Los residuos se pueden clasificar por su contenido de nitrógeno (verdes) y carbono (marrones) que son los predominantes en la materia orgánica. Para garantizar calidad, además de existir un equilibrio entre la cantidad de carbono y nitrógeno, se debe considerar que los materiales ayuden a mantener la humedad y aireación adecuada.
-Tanto la humedad como la temperatura y la aireación se pueden controlar también mediante el volteo. El volteo aumenta la actividad microbiana dependiente del oxígeno y ayuda a eliminar exceso de agua y calor.
-Para que el proceso se realice correctamente, intentaremos voltear la pila una vez por semana hasta que se complete el espacio total o si observamos que el material tiende a compactarse. Deberemos retirar las tablas encastradas al frente de la compostera (empezar desde las tablas más bajas) y con una pala, azada o similar ir sacando el material apelmazado o más compacto e incorporarlo por la tapa (parte superior).
-Una vez que llenamos nuestra compostera dejaremos el tiempo necesario (en verano pueden ser unos 3 meses y en invierno cerca de 5 meses) hasta que no se pueda identificar el origen de los materiales, se encuentre a temperatura ambiente, tenga olor a tierra mojada, color oscuro y tenga aspecto homogéneo. Así, el compost estará listo para utilizarse en las plantas.
Podemos ir chequeando el proceso quitando las tablas encastradas del frente de la compostera.
¿Cómo puedo manejar los inconvenientes?